Por Juan Tomás Valenzuela
Fue casi un año después
que el tal Capitán Manteca,
después de tanto hablar ñeca
decidió quedarse a pies.
Faltó poco pá que un juez,
se apoderará del caso
y obligará a este pelmazo
a qué entregara el Mercedes,
que había cogío de la sede
de Aduanas, con un plumazo.
Con una orden del ñús,
este gordo malhechor,
se llevo una guagua Ford
con adornos de bambú.
Alicia le armó un rebú
porque al perder el empleo,
este obeso fariseo,
siempre proclive a lo ajeno,
cogió la Todo Terreno
pá mudanza y acarreo.
Escondió la guagua ajena
y quiso hacerle un descargo,
pero falló, largo a largo
y ahora anda dando pena.
La escondió por Las Terrenas
y andaba en una passola,
y Nuria, comiendo bola,
no advirtió de esta pericia,
y si no es por doña Alicia,
se le dá la carambola.
Ahora, va a defenderse
a donde Martínez Pozo,
ese corrupto azaroso
que al más derecho lo tuerce.
Como suelen entenderse,
ya que son del mismo clan,
el gordito y el patán
que ya no bebe pitrinche,
andan buscando compinches
que los saque del volcán.
Juan de los Palotes
4 junio 2021